Martín Antuña, 2022.

Volviendo al pensamiento a.

Reina la nostalgia en un mundo sin futuro. En el principio fueron Adán y Eva. Luego, la manzana y el castigo. Este mundo es una rueda que no para de girar. El pasado cubre las ideas que nadie quiso descubrir. Todo tiempo se acelera sin llegar a ningún lugar, Pero algo hay que hacer, algo hay que producir.

Persigan a esa gente que no se reproduce, mientras adoramos granos que se cultivan sin necesidad de plantarlos en la tierra. ¿Cuál es el peligro a combatir?

Desarrollo técnico, estético y conceptual

La obra “Volviendo al pensamiento a.” fue creada en base a la pintura “En torno al pensamiento a, nro. 2” (1964) de la serie homónima de Ernesto Deira. En esta serie, Deira se interesó por las cuestiones semiológicas: lo que antecede a la palabra, lo que está por debajo del verbo, antes de salir a la superficie y convertirse en signo. Sobre esta obra, Felipe Noé mencionó que alude “al origen, al momento primigenio donde las palabras y los nombres existen antes de que tomen forma en la conciencia del sujeto.”

El arte del Norte global en el S.XX fue caracterizado por lo que Fricke denominó el “abandono de la pintura”. La invención de la fotografía impulsó la curiosidad de los artistas por investigar nuevos medios de producción. Las décadas que siguieron estuvieron marcadas por una fuerte exploración del “yo”, tanto en la política como en el arte. Fue notoria la presencia del cuerpo humano como campo de investigación y medio en sí mismo. Mientras tanto, en el Sur, Deira formó junto a Noé, Macció y De La Vega el grupo “La Nueva Figuración”. Propulsados por las vanguardias militantes de los años 60’, vieron en sus bastidores el espacio de protesta más fértil. Propusieron una nueva forma de entender la pintura figurativa, poniendo el foco en la materialidad y la intención de los trazos.

En la obra que se presenta ahora como lienzo no hay una cara, ni espejos, tampoco videos ni juegos de luces. No hay personas. Solo manchas y trazos. Intenciones. Hay una investigación sobre el cuerpo, pero no de forma evidente. Son las líneas, las formas y los colores las que hacen alusión a un sujeto.

César Aira afirma sobre el arte contemporáneo: “(…) ya no estamos en el origen; quizás estamos en el final. Salvo que en nuestro oficio el final, o la finalidad, consiste en llegar al origen. Y cualquier origen es bueno, si sirve.”

Nunca conocí a mi abuelo Ernesto. Trato de recomponer su rastro en mi memoria, y solo veo cuadros. Dibujos. Manchas. Alguna foto perdida tal vez. Nunca un cuerpo material. Siempre empastes de colores sobre tela.

Si tengo que apostar a un origen, es tal vez a la búsqueda. La incógnita de ser un humano, que quizás no sea portar un cuerpo, sino construirlo en propósito. La extrañeza de sentirse cercano a un hombre del cual no puedo comprobar su existencia. De nada sirve ir hacia lugares desconocidos si dentro mío habita el mismo cuerpo con las mismas ideas. Por eso propongo jugar con lo primero que supe hacer: dibujar.

En la esquina superior izquierda del lienzo hay una selección de colores de la paleta cromática de la misma obra. Invito a que opriman alguno de los botones, seleccionen un color y pinten. Pueden cambiarlo o borrarlo al apretar en el cuadrado blanco que está en la esquina inferior derecha.

Bibliografía

AIRA, César (2010) Sobre el arte contemporáneo - Editorial Grijalbo-Mondadori FRICKE, Christiane (1999) Nuevos Medios - Taschen Reflexiones sobre “En torno al Pensamiento A” de Ernesto Deira | Galería Jacques Martínez