Adriana Fernández, 2023.

Caos

La obra realizada toma como inspiración una selección de varios trabajos de Vera Molnár. Algo que ha destacado en mi mente, en relación a las obras que vi de la artista (y la razón por la cual la elegí), es el efecto que generan en mí esas figuras que parecen dar una sensación de desprolijidad y orden al mismo tiempo. Lo que espero realizar en este trabajo es esa idea de “caos y orden” que me parecen tan atractivas en las obras de Molnár. El caos en este caso hace referencia a esas pequeñas variaciones que se generan en la composición de una obra, que hacen que esta sea apreciada de otra manera. Relacionándolo con la teoría del caos, este mismo tiene un orden, una estructura, es parte de un sistema (uno caótico), pero lo que lo distingue es ese comportamiento aleatorio que parece impredecible.

Desarrollo técnico, estético y conceptual

Lo que se puede observar en la obra es una mediana cantidad de formas cuadriculadas, algunas tienen tonos grises y otras están vacías. Las figuras que están rellenas con tonos grises simbolizan el orden, ya que mantienen una escala cercana de valores y estas están ordenadas en filas que representan cada tono grisáceo. Por otra parte, las figuras vacías representan el caos porque no están ordenadas en fila, más bien ocupan lugares y tamaños aleatorios en el lienzo. Al hacer click sobre la obra se puede observar un intercambio de tonos entre los bloques grises y también se ve que estos se superponen sobre las figuras caóticas, generando así un efecto llamativo. Ese intercambio de tonos que se genera en los cuadrados (que en este caso representan el orden) termina siendo un comportamiento aleatorio y eso hace que estos también sean parte de ese caos.

Por otra parte, lo que más se acerca al concepto que tengo sobre este trabajo es a lo que llama José Luis BREA como “nuevas prácticas artísticas”. El artista contemporáneo se basa en utilizar la obra propia (la imagen-técnica-movimiento) y a través de esta genera narrativas y produce situaciones que abren varias vías donde se crea una comunicación e interacción. Al producir un espacio interactivo se termina formando una conexión nueva entre la obra y el espectador, y eso de alguna manera me parece que le da más valor al arte que uno hace. La interacción entre la obra y el espectador es algo que lleva existiendo desde hace bastante tiempo, la única diferencia que hay hoy en día es que el artista tiene nuevas tecnologías/herramientas para generar una nueva experiencia. BREA denomina al artista como un productor que genera narrativas de conocimiento mutuo, este también es un conductor de situaciones que se fortalecen en el encuentro y la socialización de la experiencia entre la obra y el espectador. En fin, el artista es alguien que produce y genera intercambio de emociones.

Bibliografía BREA, José Luis. (2008). “Redefinición de las prácticas artísticas (s. 21)” en El tercer umbral. Estatuto de las prácticas artísticas en la era del capitalismo cultural. Murcia: CENDEAC BREA, José Luis. (2002). “Breve (y desordenado) antiglosario –o diccionario de tópicos- sobre el arte electrónico” en La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales. Salamanca: CASA Editorial