Ritmo Geometrico
Sofia Tomasello, 2024.
Ritmo Geometrico
He optado por elegir la pieza de la artista Vera Molnar, en la que utiliza exclusivamente cuadrados y patrones repetitivos para explorar cómo pequeñas variaciones dentro de un mismo elemento pueden dar lugar a una experiencia visual rica y compleja. La obra invita a una observación detallada y reflexiva, mostrando cómo, incluso con elementos tan básicos, se pueden lograr efectos visuales profundamente sorprendentes.
Desarrollo técnico, estético y conceptual
Vera Molnar, pionera del arte digital, me cautivó con su enfoque minimalista y el uso innovador de formas geométricas. Su habilidad para transformar simples cuadrados en complejas composiciones me inspiró profundamente en el desarrollo de mi propia obra digital. Aunque al principio me resultó desafiante encontrar una idea clara, decidí concentrarme en la simplicidad y añadir un toque personal a través del movimiento. Motivada por el enfoque de Molnar, exploré cómo la simplicidad en la forma puede generar una diversidad de expresiones visuales.
Mi trabajo se basa en una serie de cuadrados concéntricos que se superponen, expanden y contraen de manera sincronizada. Este enfoque crea un efecto de profundidad y perspectiva que guía la mirada hacia el centro de la obra. El movimiento incorporado añade una dimensión dinámica, con el objetivo de envolver al espectador y capturar su atención de manera efectiva.
La elección de un algoritmo sencillo marcó el inicio de un viaje creativo. A medida que desarrollaba la pieza, experimenté con diferentes parámetros, ajustando la velocidad de expansión y contracción, y modificando la densidad de los cuadrados. Este proceso iterativo de ensayo y error me sumergió en una constante evolución. Como señala Brea, “la verdadera herramienta mediante la que se ha producido todo lo que llamamos arte en el siglo XX se llama: autocrítica inmanente. Sólo aquellos lenguajes, o dominios de producción significante, en los que se procede a una exploración crítica de sus propios límites contribuyen producciones que legítimamente debemos considerar ‘arte’.”
Mi obra se convirtió en un reflejo de esta búsqueda, donde cada decisión era una respuesta a la pregunta: ¿Cómo puedo hacer que esta obra sea más interesante y significativa? La autocrítica inmanente, según Brea, implica que el arte no es un producto acabado, sino un proceso en constante evolución. El artista debe cuestionar constantemente sus propias decisiones y explorar posibilidades expresivas.
También pude destacar de Brea que cuestiona la concepción clásica de la “obra de arte” como algo estable y autónomo. Según su perspectiva, “no existe obra de arte, existe un trabajo y unas prácticas que podemos denominar artísticas”. Propone que el arte no debe ser visto como un objeto específico o una entidad con una esencia fija. En lugar de eso, el arte se manifiesta a través de los procesos, las prácticas y las actividades que los artistas llevan a cabo.
Al realizar este trabajo me enseñó una valiosa lección sobre la perseverancia y la importancia de la experimentación continua en el proceso creativo. Al principio, enfrenté múltiples desafíos y momentos de incertidumbre, pero a través de la dedicación y el esfuerzo constante, descubrí que el camino hacia la innovación artística está lleno de pruebas y ajustes.
Bibliografía
BREA, José Luis. (2002). “Breve (y desordenado) antiglosario –o diccionario de tópicos- sobre el arte electrónico” en La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales. Salamanca: CASA Editorial, pp. 4-8. ( Pagina 6 - Pixel Art).
Brea, José Luis (2008), “Redefinición de las practicas artisticas”. Pagina 1, apartado 3.