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Valentín Moseinco, 2024.
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Esta obra fue inspirada en una serie de trabajos de Georg Ness llamados “ELIRR (ELementaren IRRweg)” que quiere decir “elementales caminos erróneos”. Georg Nees fue un académico alemán pionero del arte informático y los gráficos generativos. En sus obras une ciencia y arte mediante el uso de algoritmos y otras operaciones matemáticas.
Hoy en día vivimos en un mundo marcado por las transformaciones y la evolución. Más que nunca resulta imprescindible, a través de nuestra propia percepción de lo que nos rodea, y especialmente a través del error y el fallo, encontrar estructuras que funcionen como colchón y abrigo.
Es decir, encontrar nuestros propios “elementales caminos erróneos”.
Encontrar un movimiento para surfear las transformaciones, que se nos imponen como una ola inabarcable.
Desarrollo técnico, estético y conceptual
En este trabajo podemos apreciar cuatro columnas formadas por un conjunto de líneas, estas tienen un movimiento vertical que fluctúa entre el techo y el piso del marco. Los cuatro “ríos” de líneas oscilan manteniendo un eje en la linea horizontal imaginaria que cruza a través del medio de la obra. También podemos observar que al ascender las lineas sueltan una estela que marca su paso, y en su descenso esta estela desvanece. Lo que puede generar un efecto rítmico y de cierta musicalidad.
En su “antiglosario” Brea menciona la importancia de referirse a ciertas disciplinas en inglés ya que estas evolucionan tan rápido que para el momento en que hayamos encontrado una traducción adecuada, esta disciplina puede ya haber sido reemplazada por otra. Es muy fácil perderse en este mundo digital, cambiante, abrumador y de desencuentros, es por eso que resulta imprescindible encontrar ciertos refugios. Ya sea en el arte, en lo social o en lo que sea que se encuentre cada uno. De la misma manera que una disciplina del arte multimedial puede volverse obsoleta en poco tiempo, nosotros mismos podemos encontrarnos a destiempo, y vernos sobrepasados por la rapidez de la evolución de estos tiempos. Así como se puede observar en la obra, me parece importante descubrir un eje horizontal que nos sostenga, desde el cual podamos nadar a favor de la corriente.
A la hora de producir obras de arte, el foco está puesto fundamentalmente en el resultado final. Uno abre cualquier red social y en menos de 5 minutos puede ver decenas de obras de diferentes artistas, ya terminadas. Lo que puede resultar en una sensación de competencia o de apuro. Me parece interesante que en el texto de 2008, “Redefinición de las practicas artísticas”, Brea enuncia: “No existen obras de arte. Existen un trabajo y unas prácticas que podemos denominar artísticas.” Personalmente me gusta esta idea porque recalca la importancai no de la obra en sí misma, sino en el trabajo global que rodea a toda la práctica. Anteriormente en el texto Brea sostiene: “El propio trabajo, la actividad que lo concreta, es en realidad el que nos produce”.
Bibliografía
ABREA, José Luis. (2002). “Breve (y desordenado) antiglosario –o diccionario de tópicos- sobre el arte electrónico” en La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales. Salamanca: CASA Editorial, pp. 4-8.