Jessica Arazi, 2023.

Resignificación

Link a la obra.

La ciencia y el arte son dos fuerzas esenciales, dos potencias que parten desde la curiosidad, el asombro, la extrañeza y en la inquietud de cuestionarse acerca de nuestra existencia. Resignificación explora la relación entre la ciencia y el arte en el contexto del arte generativo. La obra busca mostrar una unión armoniosa entre estas disciplinas en lugar de la confrontación que hoy en día está presente en la posmodernidad, realizando la transformación y resignificación de los planetas del sistema solar, representativos de los avances científicos en el siglo XVI, en obras de arte del Renacimiento, posiblemente el movimiento artístico y cultural que mejor manifiestó la conjunción arte - cienca. El espectador puede decidir el sistema en el que se quiere encontrar inmerso, adoptando el control parcial sobre la obra, tal como la humanidad pudo comenzar a ejercer el dominio del mundo al comienzo de la Era Moderna.

Desarrollo técnico, estético y conceptual

¿Por qué pensar en una guerra entre las ciencias y las humanidades mientras es gracias a los sociedad humana que hoy tenemos arte y tenemos ciencia? ¿Por qué no pensar en enlazar estas dos disciplinas, estos fuegos, estas pasiones? Galanter plantea que “las cosmovisiones aparentemente irreconciliables del modernismo y posmodernismo pueden subsumirse y unificarse en una nueva síntesis llamada complejismo.” Un sistema complejo es un término técnico científico que refiere a numerosas partes de tamaño reducido que interactúan con otras partes o agentes cercanos de naturaleza similar, y son interacciones que permiten que el sistema se autoorganice, sin la mediación de un agente externo (Galanter, 2011). ¿No es entonces un código de arte generativo un sistema complejo? El código en sí es una práctica que sigue el método científico, y “el arte generativo describe procesos definidos por reglas, procesos que son automatizados” (Arns, 2005). La ciencia utiliza reglas: sin el método científico la ciencia no sería posible, al igual que sin las reglas del lenguaje de programación el arte generativo tampoco lo sería.

El Renacimiento es el movimiento artístico y cultural que mejor expresa la relación del arte con la ciencia. Gracias a esta conjunción dada en los siglos XV y XVI, podemos pensar en una ciencia relacionada con un arte. Esta visión se vio enterrada en los tiempos posmodernos que vivimos, pero, “Lo pensado y poetizado en la alborada de la antigüedad griega está todavía presente; tan presente que su esencia, aún cerrada para ella misma, nos enfrenta por todas partes y cae sobre nosotros, sobre todo allí donde menos podríamos presumirlo, a saber, en el dominio de la técnica moderna, enteramente ajena a la antigua, pero en la cual, no obstante, tiene su proveniencia esencial.” (Heidegger, 1938).

Heidegger postula que “La ciencia moderna es en cuanto teoría, en el sentido de Be-trachten [con-templación], una reelaboración inquietante e interventora de lo real.” (Heidegger, 1938). La ciencia no sólo contempla la realidad, sino que la reelabora e interviene en ella. El arte también reinterpreta, transforma y reconfigura. El arte interviene en la realidad del espectador al igual que la ciencia puede cambiar nuestra concepción de lo real. Alterar los planetas es lo que se quiere transmitir con la pieza artística resignificación: la transformación del universo que se dio en el Renacimiento, en donde arte y ciencia estuvieron más unidos que nunca. Los planetas representan uno de los mayores avances científicos que se registraron en la historia: los seres humanos tuvieron que darse cuenta que no eran el centro de universo, sino que se encontraban en un simple cuerpo celeste más girando alrededor del Sol. Así, se resignificó el universo de la humanidad. En resignificación es el espectador quien tiene el control sobre qué aspecto de la obra quiere observar; puede controlar y elegir el sistema que quiere contemplar, el solar o el artístico, mientras recorre la obra en una nave que lo envuelve en el vacío del cosmos.

Es nuestro rol como artistas generativos volver a atrapar ese universo que se implantó en la cosmovisión renacentista: se nos imparte la (difícil) tarea de re-unir ciencia con arte. Debemos volver a plantear esa dialéctica hoy perdida y resignificarla: “Atrapados entre culturas, los artistas de la complejidad […] ocupan justamente el lugar en el que puede tenderse un puente para volver a unir la cultura de la ciencia y de las humanidades.” (Galanter, 2011). El habla es la conducta manifiesta del ser humano, es la realización de la lengua. Por tanto, el código es la conducta manifiesta de los artistas generativos, es ese lenguaje de programación nuestro idioma que permite comunicarnos. Es esta dialéctica entre ciencia y arte la que permitirá, a través del acto performativo del código, la comunicación que debemos lograr como artistas de la posmodernidad.

Bibliografía

GALANTER, Philip. (2011). “Entre dos fuegos: el arte-ciencia y la guerra entre ciencia y humanidades”. En Revista Artnodes, Noviembre 2011.

ARNS, Inke. (2005). “El código como acto de habla performativo”. En Revista Artnodes, Julio de 2005.

HEIDEGGER, Martin. (1938). “Filosofía, ciencia y técnica”. Editorial Universitaria.