Ignacio Stecconi, 2023.

Monotonía, simetría y sorpresa

Monotomía, simetría y sorpresa es la mejor descripción que le puedo otorgar a esta representanción de la artista Vera Molnár. “Hay un concepto llamado “intuición”. Hace lo que hace, a veces crea algo bueno y a veces no. La intuición pasó de moda. Pero hay algo que puede reemplazar la intuición. ‘Randomness’.” Esto explica Vera Molnár en una entrevista al Museo de Arte Digital (MuDA) de la ciudad de Zurich. Indirectamente logra explicar mi intención. Lograr la alusión al modo aleatroio de forma indefinida. Quise atribuirle evanescencia a una obra ya compuesta por Vera, alternando sus factores y empujando el happening, agregando movimiento e intriga. La acción y no el objeto como norte, me aseguró una oscilación en la inconformidad de la obra original. Quise dejar de lado mi prejuicio al estatus técnico de producción y tratar de no asignarle un rasgo pertinente para su estética. Tratando de encontrarle la vuelta a las cosas que quería lograr, a base de prueba y error con distintas funciones algorítmicas. Eso también, termina siendo algo random.

Desarrollo técnico, estético y conceptual

Me sumergí de lleno en archivo de entrevistas de la artista a tratar, la cual captó mi atención con su uso de las líneas y su alución a otras formas, usando colores y ángulos sorpresivos. Comencé utilizando una función para crear automáticamente todas las formas. No llego a buen puerto, ya que le quitaba la sorpresa. Mantenía la monotomía y la simetría, pero quitaba todo inconformismo tan bien logrado en la obra original de Vera. Finalmente me decidí a dibujar las formas de manera independiente. Luego, trabajando con conjuntos de formas y trasladando en el espacio dichos conjuntos, logré rápidamente acercarme mucho a la idea de la artista. Cuando finalizé la estructura básica, comencé a retocar su movimiento (mi aporte a la monotomía, simetría y sorpresa) de manera aleatoria. Cambie los colores y automáticamente me adueñé un poco más de la obra. Uno puede personalizar la obra con el uso de determinadas teclas. Da una sensación que provoca un vértigo a que finalmente la obra explote por los aires. O tal vez que destruya el computador que lo almacena y reproduce. Acompañado por sus entrevistas, los textos de Heinich y Brea me contextualizaron. Adoré el concepto de happening y performance que nombra la autora Heinich en “La obra más allá del objeto”, que me provocó profundizar en el “Gutai Group” que nombra vagamente y que terminó teniendo gran importancia a la hora de reflexionar sobre el sentido del trabajo. También nombre a Brea, que en su glosario parece llevar a tierra la conceptualidad tan abstracta del arte digital. Logró tranquilizar la inquietud que sentí al intentar domar el factor random y la generación algorítmica de las formas. “No parece que nunca ninguna especificación técnica del soporte debiera considerarse como rasgo pertinente para una categorización estética.” Resumiendo, al leer esto volví a abrir el proyecto luego de tiempo forzando caminos e intenté nuevamente de otra forma. Y así logré algo mas parecido a lo que mi mente proyectaba. Se puede decir entonces que entre Molnár, los Gutai, Heinich y Brea, atormentaron mi mente durante unas semanas para forzarme a crear de un punto de vista distinto una reversión del concepto de monotomía, simetría y sorpresa de la artista húngara.

Bibliografía

BREA, José Luis. (2002). Breve -y desordenado- antiglosario-o diccionario de tópicos-sobre el arte electrónico

HEINICH, Nathalie. (2014). La obra más allá del objeto.pdf