Lourdes Camila Salaya, 2023.

Matemática Sensible

La matemática está en todos lados, me enseñaron grandes nerds como Peter Parker y Robert Langdon. Con sus obras cinematográficas y mucha introspección, aprendí que el arte es el hilo que une el mundo. Autopercibida una gran nerd con infinita pasión artística, produje flores con -las curvas de- Fibonacci. La matemática se abraza con lo racional, el arte se funde con la sensibilidad, yo me diluyo en ambas. En una agradable consecuencia, este trabajo representa la gran matemática sensible que constituye mi fuego interno, mi llama vital.

Desarrollo técnico, estético y conceptual

Este todo se resume en tres escalas de grises: mañana, tarde, noche; que consisten en ambivalencias blanco-negro, gris claro-gris oscuro y negro-blanco respectivamente. Además cuenta con dos tipos de figuras: “naturales” y “crudas”. Ambas figuras se constituyen con pétalo que se itera en función al número de Fibonacci.

En mi trabajo se hace un guiño a las exigencias sociales actuales de producción constante en cantidad mediante una sucesión de composiciones estéticas que se presentan poco tiempo en pantalla y son imposibles de recrear de vuelta, simulando un falso montaje en el cual las diversas partes de otras maquinarias -los bloques de código- se sintetizan en una nueva máquina productora de composiciones aleatorias. Las imágenes, especialmente las crudas, intentan ofrecer ese aspecto de lo real capturado en su integridad objetiva. A la par, su carácter natural busca abolir la supremacía y la euforia visual del arte a través de un arte del pensamiento, haciendo uso de figuras emuladoras de la tridimensionalidad.

Asimismo, mis ideas fluyeron en mayor medida en torno a el oficio matemático-artístico y la conexión con lo natural de Ben Laposky. No obstante, también hice uso de la impronta simétrica de Herbert Franke y de las sensaciones de perturbación de figuras que emiten las obras de Georg Nees.

Debo acotar que me hice de las ponderaciones de aquella clase virtual en donde se mencionan frases como “parece un fondo de pantalla” reiteradas veces. De esta forma, asocié mi fondo de pantalla con las flores, lo cual luego, gracias a los medios y a El Código Da Vinci, asocié con las proporciones áureas que se dan sobre diversas rosas y girasoles. Indagando un poco más, ayudada de Spider-man, logré encontrar el preciado número de Fibonacci que logró que creara estas figuras matemáticamente, donde la originalidad de la flor se ve perturbada, logrando tales resultados visuales.

Brea explica que el arte del siglo XX surge de la autocrítica inmanente, y que caminando sobre los límites de nuestras capacidades se forma el arte. Menciona, también, que nuestro trabajo es nuestro producto y el mismo nos constituye. Lo esencial de mi obra no es su apariencia en el instante que existe. La llama aquí se alberga en el efecto de sus potenciales variaciones, que son, al fin y al cabo, un reflejo de mi potencial, de mi llama, construido a partir de mis capacidades expandidas. No busco representar flores o geometría, sino que proyecto ambas cosas y se las presento al mundo, produzco flores, produzco geometría.

Bibliografía

BREA, José Luis. (2008). “Redefinición de las prácticas artísticas”. SIMÓ MULET, Toni. (2004). “Los lenguajes visuales de la modernidad collage, assemblage y montaje”.