Izan Raggi, 2023.

The Art of Choise

“The Art of Choise” es una obra inspirada en la serie de proyectos conocidos como (Dés)Ordres de Vera Molnár, presentada en 1974.

Ella es considerada una de las principales iniciadoras en el arte algorítmico, generativo e informático, no figurativo. Por lo que sus obras se centran en figuras geométricas a temáticas que destacan su belleza en el contraste de atributos.

Basándome en la serie propuesta, realicé una programación de código, integrando figuras geométricas con diseño generativo, dándole la posibilidad al programa de mostrar una producción aleatoria con unas restricciones o leyes de diseño preestablecidas.

Desarrollo técnico, estético y conceptual

Podemos visualizar cinco columnas que contienen once cuadrados alineados de forma vertical, uno encima del otro. Estas figuras están configuradas para repetirse con cambios de diseño otorgados aleatoriamente por el programa, lo que puede simular que dichas columnas se mueven infinitamente hacia abajo; esta característica se ve potenciada por el color de fondo seleccionado que contrasta con los diseños de las figuras generadas.

Para desarrollar la parte técnico, estético y conceptual, me inspiré en las ya nombradas obras de Vera Molnár (Dés)Ordres, que utiliza mayormente figuras geométricas y técnica algorítmica. En mi caso, utilice figuras primitivas en varias posiciones determinadas por medidas establecidas para esta obra, en conjunto con una variada escala de grises, el punto más importante fue el uso de variables que permitieron generar la sensación de movimiento en la imagen y por último, pero no menos importante, se utilizó un fondo que permitiera darle más presencia a lo creado y contrastara con todo el espacio detrás.

Indagando en lo conceptual, relacione mi obra con el texto “La obra más allá del objeto” de Nathalie Heinich, específicamente en el concepto de CONCEPTUALIZACIÓN: LA IDEA. Ella comienza hablando de la inmaterialidad de la idea “¿Hay algo más inmaterial que una idea? Sin duda, para que exista, deberá encarnarse en unos objetos, aunque sólo sean palabras sobre un soporte cualquiera”

Tenemos a “la idea” como algo intangible, para darle un espacio, una entidad, necesitamos volcarla, darle un lugar de pertenencia, hacerla existir como algo más o en algo más. Toda idea que sea exteriorizada trae consigo elecciones, ya sea en mayor o menor medida. Al intentar plasmarla, deberemos hacernos cargo de cómo lo hacemos. ¿Qué medios utilizar? ¿De qué forma? ¿Qué queremos mostrar como producto final de esa idea inicial? El meterme profundamente en estos conceptos, me hizo pensar en todas las veces que una idea es desestimada, ¿cuantas veces es modificada? ¿Qué cantidad de modificaciones debemos hacer para que una idea sea correcta? ¿Y si no hay modificaciones? ¿Algo que no tiene nada que cambiar, es válido? Cada paso que un artista da sobre su obra es una elección que repercute, tanto en el proceso de la misma, como en el proyecto final.

“Ahora, la elección es un acto creativo, que revela la arbitrariedad del artista y su libertad creativa”,’ la cual “no responde ya a un acto material, del

hacer del artista, sino a un pensamiento que lleva necesariamente a cabo una ‘elección”- (La obra más allá del objeto de Nathalie Heinich)

Podemos decir que cada decisión tomada a la hora de hacer arte, es en sí mismo arte, no tengamos miedo de crear.

Se puede comenzar por un simple lienzo en blanco o por una idea disparada fugazmente gracias a algún otro artista. Al final del día, como se expresa en “Redefinición de las practicas artísticas”” de Brea, José́ Luis “No existen más los “artistas”, como tal. Tan sólo hay productores, gente que produce. Tampoco hay propiamente “autores”, cualquier idea de autoría ha quedado desbordada por la lógica de circulación de las ideas en las sociedades contemporáneas.

Bibliografía

HEINICH, Nathalie. (2014). “La obra más allá del objeto”.

BREA, José Luis-LSA47. (2008). “Redefinición de las prácticas artísticas s21”.